martes, 30 de diciembre de 2008

Materiales impresos sobre cómo ha ido aumentando las percepciones de los investigadores en la literatura precolombina

De los materiales impresos menciono en orden cronológico para ver cómo ha ido aumentando las percepciones de los investigadores.
En 1964, en el libro La literatura de los aztecas, Ángel M. Garibay nos introduce a esta recopilación:
[…] La penetración y conquista que culminó el 13 de agosto de 1521 fue en pueblos de habla nahua. Los más cultos y organizadas, bajo la dominación del señorío de Tenochtitlán y sus aliados, que con nombre ya divulgado suele llamarse Imperio Azteca. Los que ya hablaban esa lengua la impusieron a los pueblos sometidos como lengua de dominación y comercio. Fue de esta manera una lengua de gran difusión y en la práctica comprendida por los pueblos de diferentes idiomas. La unidad de lengua facilitó la penetración hispana en todos los pueblos dominados. Esta lengua tiene por nombre náhuatl.
No bien cesó el fragor de las armas, los misioneros y los hombres cultos que fueron llegando a esta tierra iniciaron la investigación acerca de aquella cultura en todos sus aspectos. Y como encontraron abundante cantidad de textos en la lengua nativa, que fueron aprendiendo ellos, tuvieron la preocupación de rescatarlos de la memoria y salvarlos del naufragio por parte del alfabeto. […]
Ya en 1528 se redacta y escribe por indios la primera de las recopilaciones históricas. […] La intención de quien da a luz estas publicaciones es que en el continente nuestro se despierte y avive el sentido de la herencia de los pueblos que antes de nosotros pisaron los caminos y vieron la luz de nuestros soles mexicanos. […] México, octubre de 1963.
La parte que me interesa de éste libro son los apartados de Discursos educativos y la Muestra de sagas históricas, que a mi parecer lanzan luces de la parte social. En discursos educativos, Garibay habla del uso de la memoria para la preservación de discursos educativos que se otorgaban a los jóvenes en el Calmécac:
La carencia de alfabeto impidió a los antiguos mexicanos dejar por escrito la doctrina que regía su vida y sus costumbres. La falta misma de escritura fonética fue un gran incentivo para el desarrollo de la memoria. Se redactaron y transmitieron de memoria muchos discursos y arengas oratorias que se enseñaban a los más dispuestos de los jóvenes en sus planteles de educación especialmente el Calmécac, que podemos asimilar a nuestra serie de institutos de formación superior.

Incluyo un fragmento de un discurso del libro: “Amonestación del padre al hijo como preámbulo”. De esta manera, podemos darnos cuenta de que el discurso es una parte importante en la cultura náhuatl, no sólo porque habla de su vida social sino por la belleza en sus composiciones.
Hijo mío, joya mía, mi rico plumaje de quetzal:
Has llegado a la vida, has nacido, te ha hecho venir al mundo el creador y dueño.
Te creó, te forjó, te hizo nacer aquel por quien todo vive.
Y vieron tu rostro y tu cabeza tus madres, tus padres, tus tíos y tías y tus parientes. Fijaron su mirada en tu semblante y en tu cerviz. Y lloraron y se emocionaron por causa tuya, porque has llegado a la vida, porque has nacido en la tierra […]
En cuanto a la muestra de sagas históricas, esto es lo que dice Garibay:
La historia se conservaba en escritos figurativos, en que se anotaba el día, el mes, el año y el hecho. Pero había un gran auxiliar de la historia, el más vivo, que era la voz de los narradores. Hecho nada extraño si tenemos en cuenta la forma de transmisión de la Ilíada o la Odisea. […]
Nos muestra adelante “la caída de Tula” un ejemplo de la conservación histórica.
En el año 2-casa ya hubo contiendas entre ellos. Ya riñen y se enemistan por la obra del dicho Huémac.
Apenas vieron al niño los toltecas, lo tomaron a su cargo. Lo criaron y lo educaron, y en verdad que resultó un don de Tezcatlipoca, el dios enemigo. Era una artimaña suya para que se dispersaran, para que hicieran contiendas toltecas y chichimecas.
Cuando llega a ser joven, Huémac manda que los de Nonoalco vengan a hacer servicio en su casa
Ellos luego le dijeron:-Señor, estamos aquí: dispón lo que te convenga. Y así, comienzan su oficio […]
A continuación doy un salto enorme, con una justificación. El libro anterior es 1964, el que tenía a mano era 1982 pero del mismo autor Garibay. Supuse que no habría muchos cambios en la forma de pensar de un autor. Tal vez me equivoque, y estoy consciente de que hay más documentos de 1964 a 1983 pero los que voy nombrando son los que han atraído mi atención. El que quiero presentar ahora es Literatura oral tradicional de los indígenas de México.
Éste libro llamó mi atención por haber sido realizado con motivo del Coloquio sobre los problemas de la traducción literaria.
[…] Los relatos tradicionales tienen como característica el ser anónimos, ya que se desconoce su autor y más bien deben ser concebidos como creaciones colectivas, que se transmiten de generación en generación, mediante mecanismos no institucionalizados, o sea, a través de la tradición oral. Asimismo estas narraciones se encuentran siempre ambientadas en el contexto del grupo donde se relatan. […] Y expresan el sentir de cada grupo: algunos relatos llevan dentro de su trama enseñanzas de diversos tipos, convirtiéndose en transmisoras de ideas morales; otras ponen de relevancia ideas míticas y religiosas que tratan sobre creencias ancestrales o tradicionales de grupo, o bien explican los fenómenos de la naturaleza y el por qué de las cosas. Para los investigadores es importante que sean transcritos tal y como son narrados, con objeto de poder analizar a forma y el estilo de los mismos, para lo que es necesario recurrir a la grabación o bien al dictado frase por frase.
Relatos cosmogónicos y mitológicos.
Se refieren a la creación del mundo, a las actividades y características de los dioses y a los seres que son dueños de la naturaleza. Algunas narraciones sobre el mismo tema son:
1.- “Nuxi’, trampeador de topos” (lacandones de Chiapas)
2.- “Los dueños de la tierra” (mazatecos de Oaxaca)
3.- “La formación del Sol y la Luna” (mazateco-popolaca de Oaxaca)
Con este libro llego a uno de los investigadores de mayor prestigio por su amplio trabajo y dedicación a la cultura náhuatl; me estoy refiriendo al Doctor Miguel León-Portilla. Tomo su libro Literaturas de Mesoamérica (1984).
[…] ¿Habían sido los mexicas los creadores del sistema educativo y de la escritura de sus códices? Esta pregunta es obvia, ya que como se dijo arriba el mundo mexica, el rostro más conocido del México antiguo, llevaba relativamente poco tiempo de ser amo y señor entre los pueblos prehispánicos. De hecho los mexicas habían llegado al Valle de México tan solo a mediados del siglo XIII d.C. En 1325 se habían establecido en la isla de México-Tenochtitlan. Hasta 1428 no habían obtenido su independencia de los antiguos dominadores tepanecas de Azcapotzalco.Finalmente en menos de un siglo habían logrado la hegemonía en la región central y meridional de lo que hoy es la República Mexicana.
La respuesta a la pregunta nos la dan la arqueología y las propias fuentes históricas indígenas. Los mexicas y al igual que ellos, muchos otros pueblos de lengua náhuatl, eran herederos de una cultura mucho más antigua. Buena parte de sus ideas religiosas, de su organización social y política y de sus otras instituciones, en particular de sus artes plásticas, de sus métodos de enseñanza las habían recibido, principalmente a través de los culhuacanos, de la antigua cultura tolteca.
Aquí finalizo con un investigador reciente, Patrick Johansson 1993 en La palabra de los aztecas y La palabra, la imagen y el manuscrito 2004.

La palabra, la imagen y el manuscrito 2004.
El discurso indígena a partir del cual se recopilaron las fuentes que sirvieron para escribir la historia de los pueblos mesoamericanos no buscaba generalmente referir al acontecimiento pretérito en la objetividad “histórica” se su manifestación, sino que producía un sentimiento afín a las necesidades cognitivas de dichos pueblos. […] Con la conquista militar y espiritual de México las historias fueron desprendidas de las circunstancias particulares que les conferían un sentido e integradas a un contexto gráfico donde quedaron almacenadas para el uso “diagnóstico del intérprete español.
Un relato indígena de inspiración precolombina, contenido potencialmente en la memoria de los tlamtinime, se expresaba oralmente mediante una enunciación espectacular, en la que se entretejían textos, sonidos, colores, ritmos, compases dancísticos, jeroglíficos indumentarios y otros elementos suprasegmentales que constituían con el registro verbal, el texto manifiesto de dicho relato. […] La memoria era, para la sociedad indígena, el factor principal de coherencia cultural. La oralidad náhuatl, que acompañaba en contrapunto discursivo su existencia colectiva, tenía una función primordial, la función poética por excelencia: la mitificación de lo vivido. La acción de la memoria implica incesantes tensiones entre el tlamatini, el cuicanitl o el tlahcuilo encargados de la retención de textos, y el entorno socio-religioso que se manifiesta a través de las relaciones de grupo. Después de la conquista, los indígenas están sometidos, desde todo punto de vista, al vencedor y no pueden reaccionar, al menos abiertamente, a la enunciación de los textos.
La palabra de los aztecas 1993
VI Los campos expresivos de la palabra náhuatl
En el marco social observamos una propensión deliberada a canalizar una “energía expresiva” originalmente dionisiaca y por lo tanto des-tructurante, hacia los causes del refuerzo socio-existencial.
Los géneros expresivos establecidos según la dinámica vectorial de los ejes divergentes de la esencia y existencia son percibidos de manera menos radical en una perspectiva social que tiene determinismos específicos y que crea sus propios lazos relacionantes.

Obras citadas.
Garibay, Ángel. La literatura de los aztecas. México, 1964.
Portilla, Miguel. Literaturas de Mesoamérica. México: SEP, 1984
Scheffler, Lilian. Literatura oral tradicional de los indígenas de México. México: Premia Editora. 1983
Johansson, Patrick. La palabra de los aztecas. México: Linterna mágica, (reimp. 2007)
Johansson, Patrick. La palabra la imagen y el manuscrito: Lecturas indígenas de un texto pictórico en el siglo XVI. México: UNAM. 2007

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